jueves, 15 de abril de 2010

François-Noël Babeuf


"No queremos la igualdad escrita en una tabla de madera,
la queremos en nuestras casas, bajo nuestros techos."

Político francés de la época de la Revolución (San Quintín, 1760 - Vendôme, 1797). Se dio a conocer en 1789 con la propuesta de reforma fiscal igualitaria contenida en su proyecto de «catastro perpetuo». A lo largo de la Revolución ocupó cargos en la nueva administración, mientras iba perfilando su pensamiento radical hasta llegar a una formulación comunista: para hacer realidad la soberanía nacional veía necesario abolir las clases sociales y la propiedad privada, organizando la sociedad sobre la base del trabajo en común. Una revolución social debía completar la revolución política realizada desde 1789, aunque para ello fuera necesario emplear la violencia y pasar por un periodo de dictadura.
Con tales ideas representó una oposición de izquierdas contra Robespierre y la dictadura del Comité de Salvación Pública. Siguió luchando contra la «reacción thermidoriana» (1794-95) y contra el Directorio implantado en 1795; pero ahora apoyado por el Club del Panteón (organización política que reunía a antiguos jacobinos y víctimas de la reacción), un periódico propio (El Tribuno del Pueblo, 1794-96) y una red de asociaciones babuvistas extendida por toda Francia. Los babuvistas subrayaban las limitaciones y contradicciones de una Revolución que sólo había beneficiado a una nueva clase de privilegiados y que regresaba por entonces, paulatinamente, hacia posiciones conservadoras.
En febrero de 1796 Napoleón Bonaparte cerró el Club por orden del Directorio. Privado de medios legales de acción, Babeuf creó un Comité de Insurrección secreto y lanzó una campaña de propaganda a base de carteles y canciones destinadas a agitar el descontento de las clases populares por la situación económica. No obstante, la campaña no caló mucho entre las masas populares de París, pues sus miembros más activos (los sans-culottes) seguían apegados a la defensa de la pequeña propiedad y eran poco propensos a ideales de tipo comunista.
La culminación de la campaña debía ser la planeada Conspiración de los Iguales (primavera de 1796), que pretendía derrocar al Directorio y poner en vigor la Constitución de 1793 (texto democrático que nunca había sido aplicado). Pero una delación puso la conspiración al descubierto, sus líderes fueron detenidos antes de actuar, juzgados y condenados, muriendo en la guillotina Babeuf y Darthé (uno de los dirigentes del Club del Panteón).

Obra
La campaña debía terminar con un levantamiento, derrocar al Directorio y poner en vigor la Constitución de 1793, que nunca había sido aplicada.
Pero el Directorio está informado al detalle de la conspiración (posiblemente gracias a Fouché o Grisel) y el 10 de mayo 1796, los conjurados son detenidos por la policía.
En 1794 escribía El sistema de despoblación, una obra en la que criticaba las ideas premaltusianas de ciertos contemporáneos suyos y, además, describía los planes genocidas de Saint-Just, Couthon, Barère, Billaud, Collot, Carrier y otros cabecillas de la Revolución francesa. El testimonio de Babeuf (1760-1797) fue único en su época y no tanto por señalar la deriva ideológica del movimiento revolucionario, cuanto por denunciar la política de tierra quemada de, sin duda, las figuras más prestigiosas de la Convención.
«1794», annus horribilis
El sistema de despoblación constituía una denuncia en toda regla contra el empeño de los políticos en confundir «violencia con democracia». Tanto es así que Babeuf define en términos asesinos la actuación de los líderes de la Convención y hablará de «naturaleza carnívora», de «hordas caníbales», de «sacrificadores», de «carniceros humanos», de cómo la «aristocracia criminal» puso en marcha un mecanismo exterminador, un plan de despoblación, una «indignante masacre y escandalosa combustión», una serie de «actos mortíferos», &c. Y no solo eso. Al ver cómo la nueva clase gobernante equipara falsamente justicia con abusos, Babeuf se referirá al «comité de asesinatos públicos» en calidad de ejecutor de un «código feroz de abrasamiento y exterminio». Y rebelándose ante sus excesos, este comunista observaría el modo en que los dirigentes revolucionarios ampararon una política tendente a asear y «limpiar el vivero humano». De ahí que Babeuf empleara el término agrario de sarcler (escardar, cribar) para nombrar la estrategia logística de la Convención dirigida a borrar, «¡cribar la raza humana!». De ahí que Babeuf acuñara el término de genocidio («populicide») para describir las tácticas de aniquilamiento y exterminio a que fue sometida la población francesa. De ahí, en fin, que su obra haya sido subtitulada Genocidio y Revolución francesa.
Los Iguales, también conocidos como la "Conspiración de los Iguales" (La conjuration des Égaux) fue un movimiento revolucionario que se desarrolló hacia 1795-1796 en
Francia.
En enero de 1796, la represión llevada a cabo por
Napoleón Bonaparte, que ocupaba la jefatura del Ejército del Interior, contra François Noël Babeuf y su entorno (cerró el Club del Panteón), da lugar como reacción la creación de la «Conjuration des Égaux», dirigida por Babeuf, Darthé, Buonarroti, Sylvain Maréchal, Félix Lepeletier, Antoine Antonelle, etc, creándose el llamado «Directoire secret de Salut Public», compuesto por siete miembros, entre los que se encontraban él mismo y Darthé; lanzando una campaña propagandística destinada a agitar a las clases populares con el fin de lograr la igualdad real que, aunque ya promulgada por la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano en 1789 no era puesta en práctica por las ya mencionadas represiones que ejercía Napoleón en territorio francés.
Babeuf con otras seis personas pasa a la clandestinidad y organiza la Conspiración, la cual defiende una distribución equitativa de las tierras y los salarios y considera a la propiedad privada como una lacra que hay que abolir para alcanzar la justicia ya que es la responsable de las guerras. Nos encontramos por tanto frente a la primera organización comunista de la Historia.
Se elaboró un plan para ocupar los puntos estratégicos de París por medio de un levantamiento popular; sin embargo un infiltrado denuncia el proyecto conspirativo y el grupo es apresado. Babeuf es condenado a muerte.

A Los Iguales les cabe el honor de ser las primeras organizaciones comunistas de la Historia, varias décadas antes de la aparición del socialismo utópico de Saint-Simon, Owen y Fourier. Ciertamente, no podía aparecer antes ya que el socialismo, incluido el utópico, no es el resultado de una intuición genial de un gran cerebro sino que nace en un determinado contexto socioeconómico; anteriormente a la aparición e la burguesía no hubiera sido posible. Sin embargo sí debemos señalar tres importantes méritos personales de Babeuf:
El primero es que forjase un socialismo utópico (en el S. XVIII no podía ser de otra forma) en una época tan temprana, apenas cuando está naciendo el régimen actual, y que ya fuese consciente de que había que derribarlo para instaurar el comunismo. Este socialismo está pensado para una sociedad mayoritariamente agraria y no para una sociedad industrial.
Segundo. A diferencia de los otros utopistas no construyó simplemente unas quimeras como son las fábricas de Owen sino que elaboró un plan insurreccional; era por tanto conocedor de que era necesario tomar el poder. En este sentido tuvo una visión de alcance sorprendente para su época. Los iguales parecen una agrupación leninista en el Siglo de las Luces. Organizaron su estructura de forma militar: un pequeño grupo clandestino de activistas dirigirían a las masas cuando lleguase el momento. Los iguales se encuadran en células independientes y no se conocen entre sí. Frente a las llamadas al espontaneísmo de las masas aparece por primera vez bien definida la necesidad de un partido revolucionario fuertemente organizado.
Y, tercero, la utilización de la prensa como método de propaganda y como llamamiento a las masas rompiendo así la tradición elitista con el despotismo ilustrado de su época.
Reivindiquemos pues, el papel en la Historia de Los Iguales. No somos continuadores de Robespierre o de Marat sino de Gracchus Babeuf.

Decálogo de la conspiración de los igualesEl comité secreto de la Conspiración dio a conocer sus ideas en un documento titulado Análisis de la doctrina de Babeuf, proscripto por el directorio por haber dicho la verdad:1. La naturaleza ha dado a todo hombre un derecho igual a disfrutar de todos los bienes. 2. El objeto de la sociedad es la defensa de esta igualdad, a menudo atacada por el fuerte, e incrementar los medios de disfrute comunes. 3. La naturaleza les impone a todos la obligación de trabajar, nadie puede evadirla sin cometer un crimen.4. El trabajo y el goce deben ser comunes.5. Existe la opresión cuando un hombre, después de cansarse trabajando, no obtiene nada mientras otros nadan en la abundancia sin haber hecho nada.6. Nadie, sin cometer un crimen, puede apropiarse de los resultados de la tierra.7. En una sociedad verdadera no debe haber ni ricos ni pobres.8. El rico que es incapaz de renunciar a sus excedentes a favor de los indigentes es enemigo del pueblo.9. Nadie debe ser capaz de privar a nadie de la educación esencial para su bienestar, educación que debe ser común.10. El objetivo es destruir toda desigualdad y establecer el bienestar de todos.11. La Revolución no ha terminado, porque los ricos absorben los bienes necesarios para la vida mientras los pobres son transformados en esclavos, languidecen en la miseria y cuentan como nada en la vida del Estado.

Bibliografía
Gracchus Babeuf (1794), El sistema de despoblación, Ediciones de la Torre, Madrid, 2008, pág. 94.
Las páginas citadas están extraídas de la obra de Gracchus Babeuf (1794), El sistema de despoblación, Ediciones de la Torre, Madrid 2008.
Madame de Staël (1798), Sobre las circunstancias actuales que pueden poner término a la Revolución y sobre los principios que han de servir de base a la República en Francia, 2ª parte, cap. III, en Madame de Staël, Escritos políticos, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1993, págs. 200-201.
Olympe de Gouges (c. 1792), Pronostic sur Maximilien Robespierre par un animal amphibie. Portrait exact de cet animal. El documento original puede leerse en versión digital en la Biblioteca Nacional Francesa: http://gallica.bnf.fr/
Gracchus Babeuf (1794), El sistema de despoblación, Ediciones de la Torre, Madrid 2008, pág. 95
20 http://www.kaosenlared.net/noticia/la-conspiracion-de-los-iguales06

Louis Antonie Saint-Just


(25 de agosto de 1767- 28 de julio de 1794), fue político revolucionario francés. Sus partidarios le apodaron el "arcángel de la Revolución" y sus detractores el "arcángel del Terror".
Hijo de una familia de propietarios, era estudiante de Derecho cuando estalló la Revolución de 1789. Se unió al movimiento participando en el mando de la nueva Guardia Nacional. Dentro de las filas revolucionarias, adoptó desde el principio las posturas más radicales, lo cual le vinculó a Robespierre. Destacó por su republicanismo y sus ataques contra Luis XVI, cuya ejecución apoyó con ahínco, (1793).
Siempre fiel a Robespierre, le ayudó a derribar del poder a los girondinos, a deshacerse de Danton y a establecer un régimen de excepción que llevara la Revolución hasta sus últimas consecuencias para salvarla de sus enemigos internos y externos.
Su ideología, contraria a la monarquía y la aristocracia, queda reflejada en 1789 en su poema "L´Organt".
Concibió impuestos para las grandes fortunas y redactó un proyecto de Constitución que se aprobó, en 1793, casi en su totalidad. La potencia y radicalidad de sus ideas, el impulso de clase que tenía su pensamiento era un atentado cotidiano contra la tímida burguesía ilustrada.
Lo mejor de su contribución, si acaso es posible deslindar acción y reflexión en su actividad política, está en sus textos jurídicos, en las Instituciones republicanas y en el discurso Sobre la necesidad de declarar el gobierno revolucionario hasta la paz. Ahí se encuentra la esencia de su concepción revolucionaria del estado, un estado que se construye bajo la idea de comunidad.
Saint Just escribe:
“El gobierno no debe ser solamente revolucionario contra la aristocracia: debe serlo contra aquellos que roban al soldado, que pervierten el ejército con su insolencia, y que, por el derroche del dinero público, llevarían al pueblo a la esclavitud y el imperio a su disolución por el infortunio. Tantos males tienen su fuente en la corrupción de unos y en la ligereza de otros.”
“La soberanía del pueblo es indivisible, incomunicable, inalienable: es la fuerza por la que resiste a la opresión. Hay otra soberanía que no es menos indivisible, incomunicable, inalienable, es la soberanía particular de todos los hombres por la cual la propiedad, la posesión se mantiene. Esta soberanía es lo que se llama independencia. Este es el mismo espíritu con el que el pueblo es soberano. Lo es para mantener su propiedad y su posesión.” Saint-Just, “De la naturaleza”.
“En la sociedad regenerada todo debe ser armonía… La minoría que engorda, consume… no puede continuar enflaqueciendo a la mayoría que produce y trabaja… Que todos sean a la vez productores y consumidores, en la proporción en que las necesidades sean satisfechas, sin que nadie sufra de miseria y fatiga… Ya ha llegado la hora para la muchedumbre de no ser rebaño al que se esquila hasta la carne, al que se engulle… No más señores; no más antropófagos; no más explotados”.
No es más “en los espíritus” donde hay que hacer la Revolución. No es allí donde hay que buscar el éxito… La Revolución hay que hacerla, ahora, “en las cosas”… Uno puede extasiarse ante un cambio de opinión; pero la beatitud espiritual conviene sólo a los buenos espíritus, a los hombres que gozan de los bienes de la fortuna.
Murió en la guillotina en julio de 1794. Su nombre -perseguido y condenado por la historia- parece una proclama, un grito de guerra, casi un manifiesto subversivo.

…Probaremos que la tierra no es de nadie, sino de todos…..

¡Pueblo despierta a la esperanza… despierta a la vista de un futuro feliz!

Francis Bacon


Filósofo y político inglés. Su padre era un alto magistrado en el gobierno de Isabel I, y fue educado por su madre en los principios del puritanismo calvinista. Estudió en el Trinity College de Cambridge y en 1576 ingresó en el Gray's Inn de Londres para estudiar leyes, aunque pocos meses después marchó a Francia como miembro de una misión diplomática. En 1579, la muerte repentina de su padre lo obligó a regresar precipitadamente y a reemprender sus estudios, falto de recursos para llevar una vida independiente.
En 1582 empezó a ejercer la abogacía, y fue magistrado cuatro años más tarde. En 1584 obtuvo un escaño en la Cámara de los Comunes por mediación de su tío, el barón de Burghley, a la sazón lord del Tesoro; durante treinta y seis años se mantuvo como parlamentario y fue miembro de casi todas las comisiones importantes de la cámara baja. La protección de Robert Devereux, segundo conde de Essex, le permitió acceder al cargo de abogado de la reina.
Su situación mejoró con la subida al trono de Jacobo I, quien lo nombró procurador general en 1607, fiscal de la Corona en 1613 y lord canciller en 1618, además de concederle los títulos de barón Verulam de Verulam y de vizconde de St. Albans. Sin embargo, en 1621, procesado por cohecho y prevaricación, fue destituido de su cargo y encarcelado. Aunque fue puesto en libertad al poco tiempo, ya nunca recuperó el favor real.
Durante toda su carrera persiguió una reforma coherente de las leyes y el mantenimiento del Parlamento y los tribunales a salvo de las incursiones arbitrarias de los gobernantes; pero, sobre todo, su objetivo era la reforma del saber. Su propósito inicial era redactar una inmensa «historia natural», que debía abrir el camino a una nueva «filosofía inductiva», aunque la acumulación de cargos públicos le impidió el desarrollo de la tarea que se había impuesto, a la que, de hecho, sólo pudo dedicarse plenamente los últimos años de su vida.
Sometió todas las ramas del saber humano aceptadas en su tiempo a revisión, clasificándolas de acuerdo con la facultad de la mente (memoria, razón o imaginación) a la que pertenecían; llamó a este esquema «la gran instauración», y muchos de los escritos dispersos que llegó a elaborar, como El avance del conocimiento ,De augmentis scientiarum e Instauratio magna final.

Frases de Francis Bacon:

La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.
Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas.
Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él.
Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos.
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente.
Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar.
El requisito del éxito es la prontitud en las decisiones.


Vasco de Quiroga


Vasco de Quiroga nació en Madrigal de las Altas Torres, Ávila, España, el 3 de febrero de 1470
(1477, según otros autores). Fue hijo de Vasco Vázquez de Quiroga y de María Alonso de la Cárcel.
Durante su niñez vivió en Madrigal hasta la edad en que empezó sus estudios de Jurisprudencia. La
mayoría de los historiadores suponen que estos estudios se realizaron en Salamanca y que
concluyeron en 1515, año en que se trasladó a Valladolid. Fue juez de residencia en Orán, y
representó a la Corona en los tratados de paz con el rey de Tremecén (1526). Ejerció un alto cargo
(juez de comisión) en la Real Cancillería de Valladolid. Sus méritos llamaron la atención del Obispo
de Badajoz, quien le recomendó a la reina Isabel, esposa de Carlos V, para Oidor de la Audiencia de
Nueva España. Aunque esta recomendación no prosperó sí lo hizo la realizada en 1529 por Juan
Tavera, arzobispo de Santiago, y los miembros del Consejo de Indias. Según cédula de 2 de enero
de 1530 y cuando Quiroga desempeñaba una comisión en Murcia, la emperatriz le designa miembro
de la segunda Audiencia de Nueva España, ante la alarma creada a cuenta de las brutalidades
cometidas por la primera Audiencia.
Vasco de Quiroga llegó a México el 9 de enero de 1531 y desempeñó ejemplarmente su misión junto
con Ramírez de Fuenleal (arzobispo de Santo Domingo) y otros tres oidores, Alonso Maldonado,
Francisco Ceinos y Juan de Salmerón. Su primera medida fue abrir juicio de residencia contra Nuño
Beltrán de Guzmán (presidente de la Audiencia) y Juan Ortiz de Matienzo y Diego Delgadillo
(antiguos oidores), que fueron encontrados culpables y devueltos a España. El maltrato que habían
dado a los indígenas y sobre todo el asesinato del jefe de los tarascos perpetrado por Nuño de
Guzmán, habían provocado la rebelión de los michoacanos. También juzgó a Hernán Cortes por
algunas de sus actuaciones, pero la brillante defensa que de ellas hizo el conquistador le permitieron
absolverle.
Visitador y pacificador de Michoacán, fue Vasco de Quiroga el primero que se interesó por la
situación social y religiosa de los vencidos. Sus propias creencias y la condición en que vivían los
indígenas purépechas le inspiraron a crear el proyecto hospitales-pueblo para la protección de los
indios. Así, fundó de su propio peculio los hospitales-pueblo de Santa Fe: uno a dos leguas de la
ciudad de México, “en término de Cuyoacan”, al que bautiza Santa Fe de Los Altos, en 1532, y otro
al año siguiente en Santa Fe de La Laguna, en un lugar llamado Atamataho o Guayámeo, junto a la
laguna de Pátzcuaro.
Estas fundaciones no eran estrictamente ni hospital ni pueblo pero sí albergue de una sociedad que
vivía una mezcla de estado socialista acompañado de un colectivismo moderado. Se trataba de
instituciones de vida comunitaria fruto de las ideas que adquirió leyendo las obras de Tomás Moro,
Ignacio de Loyola, Platón y Luciano.
En esta república utópica, Vasco de Quiroga creó y potenció a los artesanos agrupados en pueblos
con actividad económica específica: trabajadores de los utensilios del cobre, otros expertos en el
arte plumario, carpinteros, ceramistas y campesinos que se dedicaban a la agricultura en tierras que
ofreció a los indios en propiedad.
Vasco de Quiroga pasó de la magistratura al sacerdocio y fue consagrado presbítero por el famoso
erasmista fray Juan de Zumárraga.
Carlos V había prohibido a sus súbditos que esclavizasen a los indios pero en 1534 derogó tal
disposición. Al saberlo, Quiroga envió al monarca su célebre Información en derecho (1535), en la
que condena a los encomenderos por tratar a los nativos “no por hombres sino por bestias” al tiempo
que defiende apasionadamente a los indios y se ofrece “con la ayuda de Dios, a poner y plantar un
género de cristianos a las derechas, como primitiva Iglesia, pues poderoso es Dios para hacer y
cumplir todo aquello que sea servido y fuese conforme a su voluntad”.
A la llegada del virrey Antonio de Mendoza, Vasco de Quiroga le sugiere adopte al príncipe Antonio
de Huitziméngari, hijo del último cazonci, Tangaxuán II.
El 22 de agosto de 1538, Vasco de Quiroga, que había desempeñado en años anteriores el cargo de
Visitador de Michoacán, es nombrado obispo de esta ciudad por nombramiento de Carlos V, en un
sólo acto donde recibió todas las órdenes sacerdotales.
Convencido de la utilidad de sus pueblos-hospitales funda el tercero en Santa Fe del Río en 1538.
En 1540 inició el repoblamiento de Pátzcuaro con varios centenares de indios y varias familias de
españoles. De esta fecha data también la fundación del Colegio de San Nicolás Obispo, hoy Museo
de Artes Populares.
Al trasladarse la sede episcopal de Tzintzuntzan a Pátzcuaro, se trasladó también el título de la
Ciudad de Michoacán, expedido para Tzintzuntzan. Se convirtió en la Ciudad de Michoacán y
Tzintzuntzan fue su barrio. En 1553, Pátzcuaro obtuvo la confirmación del título de Ciudad. Vasco de
Quiroga inició la edificación de la Catedral en el sitio donde había estado el gran templo dedicado a
la diosa Cuerauáperi, pero su proyecto de cinco naves quedó reducido a uno por falta de ayuda
institucional. También fundó el hospital de Santa Marta.
Las fundaciones de Vasco de Quiroga fueron muy objetadas por sus coetáneos, frailes y laicos, y en
su trato con los indios hubo de enfrentarse a algunos hechiceros como Cuninjángari, quien intentó
asesinarle, pero a quien perdonó y bautizó antes de su muerte.
Entre sus escritos más importantes se encuentran: su “Carta al Consejo” (1531), la “Información en
Derecho” (1535), la “Doctrina para los Indios”, los “Sermones, reglas y ordenanzas para el gobierno
de los Hospitales de Santa Fe, Méjico y Michoacán”, su “Testamento” (1565) y la obra desconocida
“De debellandis Indis”.
Murió en Uruapan, durante una visita pastoral, el 14 de marzo de 1565 y sus restos fueron
enterrados en la entonces catedral y hoy solo basílica de Nuestra Señora de la Salud, en Pátzcuaro.
Su proyecto social, en el que supo imprimir lo mejor de su intuición humanista y su habilidad jurídica,
pervivió en los tres pueblos-hospitales conservados hasta 1872, año en que se levantó un Acta de
Extinción por haber desaparecido los fondos que fueron dotados por su fundador hacía 334 años.


Obra
Tomás Moro era un magistrado íntegro y un humanista que soñó una humanidad nueva, inviable en
la Europa del s. XVI pero sí posible en las tierras recién descubiertas. Los simpatizantes españoles
de la Utopía de Tomás Moro, publicada en 1516, acogieron fervientemente sus ideas pero solo uno
la llevó a la práctica, posiblemente porque solo él reunió las condiciones y la voluntad de hacerlo:
Vasco de Quiroga era magistrado como Tomás Moro, se encontró dotado de una autoridad casi
comparable a la Tomás Moro, poseía la visión progresista de Tomás Moro y, adicionalmente, se
encontró con la oportunidad histórica de moldear la vida de los pueblos descubiertos al esquema
utópico. Vasco de Quiroga acertó porque ajustó su reinterpretación personal de la Utopía a la
realidad de los indios purépecha y por su carácter esencialmente emprendedor y pragmático.
Tal como recogen sus cartas enviadas a España en 1531, creyó descubrir en los indígenas la
humildad y sencillez de los primeros cristianos, y esto le llevó a considerar viable la implantación de
un sistema social parecido al de la primitiva Iglesia y próximo al ideal de Tomás Moro. Su objetivo
era alcanzar un mundo sencillo y seguro y para ello utilizó como método la promoción de la
convivencia y el colectivismo. Como se ha dicho anteriormente, por lo años 1531 y 1533 Vasco de
Quiroga, fundó con su dinero dos poblados utópicos de Santa Fe. “Ambas fundaciones lo son bajo el
perfil de un magistrado, como miembro de una Audiencia y no como sacerdote, ni en representación
de ninguna orden religiosa, dejando claro que uno no necesita ser clérigo para ayudar a la gente
necesitada”. Para asegurar la subsistencia de estas fundaciones aplicó las ideas felices
de instruir a sus habitantes en diferentes industrias y enlazar las poblaciones por la necesidad de los
intercambios.
Después de adquirir la condición clerical, Vasco de Quiroga no cejó en su esfuerzo personal (que
llegó hasta el grado de vender sus propias vestimentas, según datos proporcionados por otros
personajes de la época), ni reparó en utilizar cuantos medios le permitía su cargo de obispo para
aplicar minuciosamente su esquema utópico aunque dejando atrás, poco a poco, la intención
continental de su aplicación, y dirigiendo su esfuerzo hacia poblados de dimensiones reales.
Vasco de Quiroga mantuvo hasta su vejez su ideal creador, siendo entonces cuando redactó las
llamadas Ordenanzas para los dos hospitales-pueblo principales: el de México y el de Michoacán
basándose en la Utopía de Tomas Moro.

Bibliografia
Martin-Ramos, Clara
Vasco de Quiroga, una Vida para el Encuentro (Vasco de Quiroga y los purepechas de Michoacan: un encuentro de futuro)

Tomas Moro


Nació en Londres (Inglaterra) el 7 de febrero de 1478, hijo de John More, mayordomo del Lincoln's Inn, jurista y posteriormente nombrado caballero y juez de la curia real. En 1486, tras cinco años de enseñanza primaria en el Saint Anthony School, considerada la mejor escuela de gramática de Londres, además de la única gratuita, fue conducido según la costumbre entre las buenas familias al Palacio de Lambeth, donde sirvió como paje del cardenal John Morton, arzobispo de Canterbury y lord canciller de Inglaterra.
Con catorce años, Tomás Moro ingresa en 1492 en el Canterbury College de la
Universidad de Oxford, donde pasa dos años estudiando la doctrina escolástica que ahí se impartía y perfeccionando su retórica. Sin embargo, Moro se marchó de Oxford dos años después sin graduarse y en 1494 se dedicó a estudiar leyes en el New Inn de Londres y posteriormente en el Lincoln's Inn, institución en la que había trabajado su padre. Posiblemente durante esta época aprendió el francés necesario tanto para las cortes de justicia inglesas como para el trabajo diplomático, uniéndose este idioma al inglés y latín ya aprendidos durante sus estudios primarios.
En torno a 1497, comienza a escribir
poesías, con una ironía que le valió cierta fama y reconocimiento. En esta época tiene sus primeros encuentros con los precursores del Renacimiento, conociendo a Erasmo de Rotterdam, con quien entablaría amistad, y a John Skelton.
Hacia 1501 ingresó en la
Tercera orden de San Francisco, viviendo como laico en un convento cartujo hasta 1504. Allí se dedicaría al estudio religioso y alrededor de 1501 traduciría epigramas griegos al latín y comentaría De civitate Dei, de San Agustín. A través de los humanistas ingleses tiene contacto con Italia. Tras realizar una traducción (publicada en 1510) de una biografía de Giovanni Pico della Mirandola escrita por su sobrino Gianfrancesc, quedó prendado del sentimiento de la obra que adoptó para sí, y que marcaría definitivamente el curso de su vida
Al abandonar la Orden de los Cartujos, en 1505, contrae matrimonio con Jane Colt y ese mismo año nace su hija Margaret, quien sería su discípulo. Habiendo abandonado la Orden de los Cartujos, recibido en leyes, ejerce como abogado con éxito, en parte gracias a su preocupación por la justicia y la equidad; más tarde sería juez de pleitos civiles y profesor de
Derecho.
En 1506 nace su segunda hija, Elizabeth. Ese año traduce al latín Luciano en compañía de
Erasmo. Un año más tarde nace Cecily, su tercera hija. Tomás Moro es pensionado y mayordomo en el Lincoln's Inn, donde realiza conferencias entre 1511 y 1516. En 1509 nace su hijo John. Moro participa en gestiones entre grandes compañías de Londres y Amberes. Ese mismo año escribe poemas para la coronación de Enrique VIII. En 1510 es nombrado miembro del parlamento y vicesheriff de Londres. Un año más tarde muere su esposa Jane y se casa con Alice Middleton, viuda siete años mayor que Moro y con una hija, Alice.
En 1513 escribe History of King Richard III, libro que inspirará al personaje de
William Shakespeare.
En 1515 es enviado a una embajada comercial en
Flandes. Ese año escribe el libro segundo de Utopía. Un año más tarde escribe el libro primero de Utopía y la obra completa es publicada en Lovaina. En 1517 es enviado a Calais para resolver problemas mercantiles. Es nombrado master of requests y miembro del Consejo Real. En 1520 ayuda a Enrique VIII a escribir Asertio septem sacramentorum. Moro es hecho caballero y vicetesorero. Ese mismo año su hija Margaret se casa con William Roper, quien sería el primer biógrafo de Tomás Moro.
En 1524 es nombrado Administrador de la Universidad de Oxford, en 1525 Administrador de la Universidad de Cambridge y Canciller de
Lancaster. Traslada su residencia a Chelsea y escribe carta a Iohannis Bugenhagen defendiendo la supremacía papal. En 1528 el obispo de Londres le permite leer libros heréticos para refutarlos.
En 1530 no firma la carta de nobles y prelados que solicita del papa la anulación del matrimonio real. En 1532 renuncia a su cargo de canciller. En 1534 se niega a firmar el
Acta de Supremacía que representa repudio a la supremacía papal. El Acta establece condena a quienes no la acepten y el 17 de abril del mismo año es encarcelado. Un año más tarde es decapitado, el 6 de julio de 1535.
Vida pública
Miembro del Parlamento desde 1504, fue elegido juez y subprefecto en la ciudad de Londres y se opuso a algunas medidas de
Enrique VIII. Con la llegada de Enrique VIII, protector del humanismo y de las ciencias, Moro entró al servicio del Rey y se convirtió en miembro de su Consejo Privado.
Moro viajó por
Europa, y recibió la influencia de distintas universidades. Desde allí escribió un poema dedicado al rey, que acababa de tomar posesión de su trono. La obra llegó a manos del rey, que hizo llamarlo, naciendo a partir de entonces entre ambos una amistad. Enrique VIII se sirvió de su diplomacia y tacto confiándole algunas misiones diplomáticas en países europeos; más tarde lo nombró para varios cargos menores (tesorero, etc.), y por fin Lord Canciller, en 1529. Fue el primer Canciller laico después de varios siglos.
En 1521 fue condecorado con el título de
knygth. En 1524 fue nombrado High Steward (censor y patrón) de la Universidad de Oxford, de la que había sido alumno. En 1525 fue nombrado también High Steward de la Universidad de Cambridge.
Muerte
El Rey
Enrique VIII se enemistó con Tomás Moro cuando quiso divorciarse de su esposa Catalina de Aragón y Tomás, como Canciller, no lo aprobó. Enrique VIII había pedido al Papa la concesión del divorcio y la negativa de éste supuso la ruptura de la Iglesia de Inglaterra con la Iglesia Católica de Roma.
El rey insistió en obtener su divorcio eclesiástico, como medio para acallar sus devaneos de alcoba, de los que había murmuraciones por la Corte, y por las que el rey se sentía molesto. El divorcio hubiese borrado la infidelidad, y todo hubiese quedado en un asunto intrascendente.
Las sucesivas negativas de Tomás Moro a aceptar algunos de los deseos del rey, acabaron por provocar el rencor de Enrique VIII, que acabó encarcelando a Tomás Moro en la
Torre de Londres, tras la negativa de éste a aceptar el juramento que reconocía a Enrique VIII como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, tras la ruptura con Roma.
Finalmente el rey, enojado, mandó juzgar a Moro, quien en un juicio sumario fue acusado de alta traición y condenado a muerte (ya había sido condenado a cadena perpetua anteriormente). Otros dirigentes europeos como el Papa o el
emperador Carlos V, quien veía en él al mejor pensador del momento, presionaron para que se le perdonara la vida, y se la conmutara por cadena perpetua o destierro, pero no sirvió de nada y fue decapitado una semana después, el 6 de julio de 1535.
Mantuvo hasta el final su sentido del humor, confiando plenamente en el Dios misericordioso que le recibiría al cruzar el umbral de la muerte. Mientras subía al cadalso se dirigió al verdugo en estos términos: « ¿Puede ayudarme a subir?, porque para bajar, ya sabré valérmelas por mí mismo». Luego, al arrodillarse dijo: «Fíjese que mi barba ha crecido en la cárcel; es decir, ella no ha sido desobediente al rey, por lo tanto no hay por qué cortarla. Permítame que la aparte». Finalmente, ya apartando su ironía, se dirigió a los presentes: «I die being the King's good servant-but God's first» (Muero siendo el buen siervo del Rey, pero primero de Dios).
Moro no fue el único que estuvo en la encrucijada de si debía seguir al Rey
Enrique VIII o a la Iglesia Romana. El por entonces recién nombrado cardenal Juan Fisher también pasó por el mismo trance; Enrique VIII le mandó el capelo cardenalicio cuando Fisher estaba en prisión, y fue también ejecutado.
Obras
Su obra cumbre fue
Utopía (1516), en la que aborda problemas sociales de la humanidad, y con la que se ganó el reconocimiento de todos los eruditos de Europa. Uno de sus inspiradores fue su íntimo amigo Erasmo de Rotterdam. La redactó durante una de las misiones asignadas por el rey en Amberes.
El resto de sus obras van desde retratos de personajes públicos, como el caso de Life of Pico della Mirandola (Vida de Pico della Mirandola) o Histórica Richardi Tertii (La Historia de Ricardo III) como a poemas y epigramas de su juventud (Epigrammata). Mención importante dentro de su obra merecen los diágolos-tratados que realizó en defensa de la fe tradicional atacando duramente a los reformistas tanto laicos como religiosos. Entre este tipo de obras se encuentran por ejemplo Responsio ad Lutherum (Respuesta a Lutero), A Dialogue Concerning Heresies (Un Diálogo sobre la Herejía), The Confutation of Tyndale's Answer (Refutación de la Respuesta de Tyndale) o The Answer to a Poisoned Book (Respuesta a un Libro Envenenado).
Además de escritos en defensa de la Iglesia de Roma, también escribió sobre los aspectos más espirituales de la religión. Así es como se encuentran escritos como Treatise on the Passion (Tratado sobre la pasión de Cristo), Treatise on the Blessed Body (Tratado sobre el Cuerpo Santo), Instructions and Prayers o De Tristia Christi (La Agonía de Cristo) redactada esta última de su puño y letra en la Torre de Londres en el tiempo que estuvo confinado antes de su decapitación el 6 de julio de 1535. Este último manuscrito, salvado de la confiscación decretada por Enrique VIII, pasó por voluntad de su hija Margaret a manos españolas y a través de Fray Pedro de Soto, confesor del Emperador Carlos V, fue a parar a
Valencia, patria de Luis Vives, amigo íntimo de Moro. Actualmente se conserva dentro de la colección que pertenece al museo del Real Colegio del Corpus Christi de Valencia.

Ideas y Citas rescatadas de Utopía:

Filantropía- Amor a la humanidad
Utopía- Ese “lugar que no hay” pero a donde podría irse porque es un lugar, pues no se halla como la República en el mundo inteligible, como el reino de Polydoro, el de la conciencia sino en éste mundo terreno y lugareño.
Moro inspiro a Quiroga para sus “hospitales” en América.
Quiroga: “Los indios son blancos como la cera” Información en derecho 1531
“Porque no en vano sino con mucha causa y razón éste de acá se llama Nuevo Mundo, y eslo Nuevo Mundo no porque se halló de nuevo sino porque es en gentes y cuasi en todo como fue aquel de la edad primera y de oro, que ya por nuestra malicia y gran codicia de nuestra nación ha venido a ser de hierro y peor” Vasco de Quiroga, citado por Silvio Zavala en La utopía de Moro en la Nueva España, 1937.
Básicamente Utopía tiene que ver con el impacto de una cultura. La perspectiva del conocimiento de nuestras culturas en cuanto a la occidental.
Utopía es un lugar que Rafael Hitlodeo –Acompañante de Américo Vespucio– conoció y permaneció ahí durante un tiempo. Gracias a Pedro Gilles, Moro conoce a Hitlodeo quien comparte su experiencia con Moro y Gilles. Es un hombre muy sabio por lo que se le propone ser consejero del Rey pero se niega.
A petición de Moro, Hitlodeo habla detalladamente sobre su estancia en Utopía:
-Agricultura como base de la economía
-54 ciudades con 6000 familias
-No existe la propiedad privada en Utopía
-Tolerancia religiosa
-Matrimonio con la edad mínima de 18 y 22 años para mujeres y hombres respectivamente
-No están permitidas las relaciones sexuales antes del matrimonio
-Se cuestionan sobre el bien, la felicidad del alma, del cuerpo y lo exterior.
-Buscan la concepción del placer y la virtud.

Bibliografía
Ackroyd, Peter
Tomás Moro
EDHASA, Barcelona, diciembre 2003, pp.647.




Bartolome de las casas

Nació en Sevilla en el año 1484. Estudio en Salamanca y recién graduado de abogado, vino a América junto con su padre, llegando el 15 de abril de 1502 a La Española. Venía, como la mayoría, motivado por el espíritu aventurero y el ansia de riqueza. Durante 8 años tomó parte en la guerra contra los indios y los empleó para explotar la tierra.
Después de un corto regreso a Europa, como tenía ya los estudios necesarios, se le concedió ser ordenado sacerdote (diocesano), el primero en el Nuevo Mundo (1507). En 1510 llegan los primeros dominicos, liderados por Fr. Pedro de Córdoba. Bartolomé hizo algún tiempo de intérprete para su predicación a los indios.
Pasó a Cuba como capellán del ejército y recibió nuevos indios y tierras, a los que trató siempre con bondad, pero vio que los demás no eran así, sino que los hombres perecían en las minas, las mujeres eran abusadas, ancianos y niños morían de hambre y familias enteras se suicidaban para escapar a la brutal explotación.
En Pentecostés de 1514 renunció públicamente a sus encomiendas y empezó a predicar contra todo aquel sistema.
Fue nombrado "Protector de los indios". En 1522 ingresó a la Orden Dominicana en Santo Domingo, capital de La Española. Por seis años estudió ampliamente -en Vega Real- teología, patrística y sagrada escritura, y luego fue nombrado prior en Puerto Plata. Desde allí escribe cartas apasionadas al Consejo de Indias, denunciando la trata mortífera a los naturales. Esto da lugar a una ley en 1530 prohibiendo la esclavitud de los indios. Sus sermones pidiendo buen trato e incluso la libertad de los indios, fueron considerados 'escandalosos' por muchos españoles, así como sus consejos en el confesionario, y se quejaron a las autoridades, por lo cual la Audiencia le prohibió predicar por dos años. Entonces fue juntando material para su vasta "Historia general de las Indias".
Demostró que con amor se podía atraer a cualquiera a la fe cristiana. A raíz de esta experiencia compuso su primer gran tratado: "El único modo de atraer a todas las gentes a la verdadera fe". En él expone que los naturales eran seres racionales y muy capaces. Y que la conquista a fuego y espada era un método equivocado. La conversión debía ser fruto de la prédica y del buen ejemplo, con respeto a los derechos de los nativos, sobre todo su libertad y su propiedad.
Discutido y calumniado por algunos, la posteridad le ha hecho justicia, viendo en él a un insigne evangelizador de los pobres (los indígenas) y a un incansable luchador por la justicia. En sus últimos tiempos lamentó amargamente el que durante un tiempo había aceptado la esclavitud de los negros, para reemplazar a los indígenas en los trabajos pesados, aunque luego se arrepintió y pensó siempre lo contrario: que la dignidad es igual para todos los seres humanos. Creyó, como siempre, que había fracasado, pero, como siempre también, su efecto fue positivamente incalculable.
Hasta 1514 a mediados de este año cuando Las Casas viva su primera conversión y renuncie a los indios de su repartimiento por razones de conciencia. Estaba convencido de que debía "procurar el remedio de estas gentes divinalmente ordenado". Se sentía predestinado para esta misión.
Fray Pedro de Córdoba decidió enviar a Bartolomé, junto con Antonio de Montesinos, a España para denunciar la encomienda y sus abusos.
La promulgación el 20 de noviembre del mismo 1542 de las que fueron conocidas como Leyes Nuevas. En ellas se prohibía la esclavitud de los indios, se ordenaba además que todos quedaran libres de los encomenderos y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona.
El 17 de julio de 1566 murió fray Bartolomé de Las Casas en el convento de Nuestra Señora de Atocha en Madrid. Sepultado en la capilla mayor del convento, sus restos fueron llevados más tarde al convento dominico de San Gregorio en Valladolid. Fray Bartolomé de Las Casas, que dedicó su vida a la defensa de los pueblos indígenas, es hoy reconocido universalmente como uno de los precursores en la teoría y en la práctica de la defensa de los derechos humanos.

http://www.fortunecity.es/sopa/gallinasygallos/850/casas.html
http://www.ciudadseva.com/textos/estudios/casas/casas04.htm


“Precursores en la Antropología Sociocultural: viajeros, comerciantes, misioneros y conquistadores”

Este blog pretende ubicar el desarrollo teórico de la Antropología Sociocultural, desde una perspectiva histórica y comparativa, comprendida desde sus precursores hasta las primeras escuelas antropológicas:
1) Evolucionismo
2) Particularismo Cultural
3) Funcionalismo y Estructural-Funcionalismo
4) Ecología Cultural y Materialismo Cultural.
Reflexionar sobre la importancia de la disciplina antropológica para el diálogo intercultural en Derechos Humanos y Gestión de Paz.